En las calles del barrio se notó una disminución de la afluencia de fieles. Las tradicionales espigas bendecidas, con estampita del santo, cotizan a $ 500 cada una.
Tal como sucede cada 7 de agosto, las inmediaciones del santuario de San Cayetano -Moreno al 6700- se poblaron de fieles, puestos comerciales de distintos artículos y vendedores ambulantes que a viva voz ofrecían desde las tradicionales espigas con la estampita del santo hasta comestibles de diversa índole.
Quizás por la persistente garúa finita, que dijo presente a lo largo de toda la jornada con variaciones en su intensidad, en las calles se notó una disminución de la afluencia popular. De hecho, apenas pasado el mediodía, la fila de personas para ingresar al templo para ver o tocar la imagen del Patrono del Trabajo apenas llegaba a la esquina de Moreno con República del Líbano. Sobre esa arteria, Gonzalo ordenaba a los autos que intentaban estacionar “a voluntad”, aclaró.
Las tradicionales espigas bendecidas, con estampita del santo, cotizan a $ 500 cada una, aunque algunos vendedores proponen ofertas de acuerdo a las unidades pretendidas por el comprador. “Vengo siempre a trabajar -contó- pero esta vez se ve mucha menos gente. Pero los que vienen pagan bien”.
A metros de la iglesia, sobre la plaza que alberga a los fieles que participan de la misa central, se montó como todos los años una especie de mercado al aire libre, con puestos que vendían choripanes y hamburguesas completos (huevo y cebolla) y por $ 2500.
También hay juguetes -como un juego de tazas de té y su tetera de plástico, por $ 1800 o una pista de autos por $ 5000-, chalecos símil inflables por $ 5000, medias (la docena a $4500), quesos (de casi un kilo, según el vendedor) por $ 8000 y salamines a $ 2500 la unidad.
“Viene un poco flojo. A lo mejor es el clima, pero se ve poca gente a comparación de otros años”, analizó Bernabé desde su carro de garrapiñadas, que ofrecía el paquete a mil pesos.
El único puesto, ubicado a metros del ingreso a la iglesia, cuya recaudación corresponde a la parroquia, vendía pasteles (de membrillo o batata) y alfajores a $ 900 la unidad. “Más o menos venimos”, definió una de las vendedoras sin perder la fe.
En tanto, piqueteros bajo distintas banderías políticas y agrupados bajo la consigna “Tierra, Techo y Trabajo” cortaron el tránsito vehicular poco antes del mediodía en Colón y República del Líbano. Una cuadra más adelante, mano al norte, montaron un gazebo con dos imágenes en miniatura de San Cayetano y la Virgen de Luján.